Ramón Guillermo Aveledo: espejitos rotos

Se calienta el debate político español. Este año coinciden elecciones municipales y autonómicas en mayo y generales en el último trimestre, con renovación de los parlamentos, y por tanto gobiernos, de las comunidades autónomas de Andalucía y Cataluña, fijadas para marzo y septiembre, respectivamente. Todo indica que se trata de una exigente prueba para la democracia dominada nacionalmente por populares y socialistas en la más prolongada etapa de estabilidad política en libertad y progreso social que el Estado español ha conocido en su historia.

En ese contexto, la más recurrente crítica al nuevo partido Podemos es su vinculación con el actual gobierno venezolano, y el cargo más frecuente en su contra es que harían en España lo que “el proceso” aquí. Ellos, claro, lo niegan. No quieren cargar con tan pesado bacalao.

Como tarde o temprano todo se sabe, ha salido en los medios que varios jefes de ese partido han prestado bien remunerados servicios de asesoría al Gobierno de nuestro país a través de la empresa Caja de Resistencia Motiva 2 S.L y del Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS). Por los consejos del profesor Monedero a los gobiernos de la Alba para la instauración de una moneda común, habrían cobrado cuatrocientos veinticinco mil euros, que al cambio oficial son casi tres millones de bolívares fuertes. Ignoro si hicieron una “vaca” para que no saliera todo de la Urdaneta, de Carmelitas a Miraflores. A saber, no se ha establecido la tal moneda ni se conoce, por su carácter estratégico, el contenido del informe. Monedero (con cuyo apellido no haré el obvio chiste fácil) ha sido aquí ejecutivo del oficialista Centro Internacional Miranda.

El pasado domingo 8, ABC publicó que cada asesor español costó 5.400 euros más IVA cada mes, según convenio de 2010 entre el CEPS y GISXXI. Los estudios encargados serían sobre discurso ideológico, gustos y deseos, y estructura de clases en Venezuela; ¿no había investigadores venezolanos aptos para la tarea? Al cambio oficial son más de treinta y siete mil bolívares mensuales. Contrasta la generosidad hacia un profesor extranjero con su cicatería hacia la universidad venezolana y sus docentes.

Días atrás, una importante ministra del poder popular tuvo la ocurrente salida de declarar que ya los espejitos no son transables. Bueno, parece que depende del color del espejito.

rgaveledounidad@gmail.com / Fuente: ÚN

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