El presidente Chávez, siguiendo a Miranda y Bolívar, se transformó en el gran geopolítico del siglo XXI. Los geopolíticos imperiales como Mckinder, Kissinger y Brzezinsky elaboraron una visión del planeta convirtiendo en cadenas los meridianos y paralelos. La geopolítica del presidente Chávez fue señalando a los pueblos el camino para destruir esas cadenas. Por eso yo la he llamado geopolítica de la liberación, estableciendo un deslinde con la geopolítica de la dominación.
Él fue elaborando un cuerpo de ideas, propuestas y prácticas que desencadenaron un proceso que en una década transformó la región latinocaribeña y la posición de ella en el mundo, levantando un movimiento de solidaridad a través de nuestro continente, Asia, África, Medio Oriente, Europa, EEUU... La cooperación Sur-Sur, el comercio justo, el trueque, la derrota del Alca, el enfrentamiento firme al neoliberalismo, la Alba, Unasur, la Celac, Aspa (América del Sur Países Árabes), Asa (América del Sur África), la reivindicación de la solidaridad y la cooperación solidaria, la soberanía, la libre determinación y la independencia, la integración de los pueblos y no simplemente de los mercados, la igualdad de los Estados soberanos, como ejes de las relaciones internacionales.
Luego, las alianzas con Rusia y China como un aspecto esencial en el proceso de construcción de un mundo multicéntrico, pluripolar y de paz, como otro de los ejes de su geopolítica, siendo una prueba el proceso de paz en Colombia, del que fue artífice.
En correspondencia con esa geopolítica el presidente Chávez fue revolucionando el lenguaje y las formas, pasando de una diplomacia cortesana a una de propuestas francas, de contenido profundo y un estilo desconcertante como “Aquí estuvo el diablo... Huele a azufre”, que forma parte de la historia de la ONU.
Por eso, cuando murió, la ONU colocó a media asta las 193 banderas de los Estados miembros. Además, convocó una sesión especial de la Asamblea General para rendirle homenaje. Hoy después de dos años se realizan actos conmemorativos en América Latina y el Caribe, Asia, África, Europa y EEUU.
El presidente Maduro supo implementar y ejecutar esa política. Hoy le toca comandarla. Ha encontrado en Delcy Rodríguez a alguien con talento, valentía y esa capacidad que heredó de su padre, como de saber estar en todas partes defendiendo y alentando.
julio.escalona99@yahoo.com / Fuente: ÚN
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