Cuando el periodismo, a principios del siglo pasado, se adaptaba a las nuevas necesidades informativas de la gente, lo primero que se cuestionó fue la doctrina de la objetividad. La doctrina de la objetividad, de factura gringa, “supone la existencia de ‘hechos brutos’, aislados, sin relación de causa y efecto, lo que conduce inevitablemente a la fragmentación de la realidad. Con semejante visión no se podía informar, interpretar y explicar los fenómenos que estremecieron al mundo entre 1900 y 1930”, nos dice el profesor Earle Herrera en su libro El reportaje, el ensayo.
Bajo esta concepción doctrinaria el periodismo mundial tendría que analizar el decreto ejecutivo de Obama contra Venezuela como un hecho aislado, sin “relación de causa y efecto”. Ciertamente si tomamos ese decreto y lo aislamos de la historia contemporánea, se podrían hacer, y se hacen, reportajes periodísticos que podrían, y pueden, hacer ver a Nicolás Maduro como un izquierdista trasnochado paranoico. Y a las miles de personas que ya firmamos a favor de la Campaña Mundial Obama Deroga El Decreto ya como parte de esa “patología”.
Con base en la doctrina de la objetividad habría que ignorar en los análisis varios datos de la historia de Estados Unidos. No le diríamos imperio al “coloso del norte”, por ejemplo, ni se incluirían en los trabajos periodísticos datos, estos sí inobjetablemente reales, del número de países que han invadido militarmente los gringos desde su creación que llegan a setenta, catorce de ellos en América. Estados Unidos tiene casi mil bases o instalaciones militares en todo el planeta, lo que hace que ejerza un dominio imperial sobre 191 gobiernos. Según el geógrafo canadiense Jules Dufour “el costo de la guerra permanente confirma la presencia de efectivos militares de EEUU en 156 países. Las fuerzas armadas de EEUU tienen bases en 63 países (…) En total, hay 255.065 efectivos militares estadounidenses desplegados en todo el mundo”. ¿Cómo ignorar “objetivamente esos números?
Con base en la doctrina de la objetividad que quieren aplicarnos en pleno siglo XXI habría que fingir demencia con las 60 y pico declaraciones injerencistas contra Venezuela de miembros del gobierno de Obama en los 79 días que lleva el 2015. Con base en la doctrina de objetividad tendríamos que ignorar la intervención de Estados Unidos y sus aliados en el Medio Oriente.
Con base en esa doctrina, que debería llamarse doctrina de la estupidez periodística, diputados venezolanos de oposición dijeron, para justificar su voto en contra de la Patria, que prefieren una esclavitud tranquila a aprobar la Ley Habilitante Antiimperialista. Inaceptable desde donde se analice, desde donde se interprete, sencillamente porque es vergonzoso. Sigamos.
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@mercedeschacin / Ciudad Ccs
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