El Gigante Hugo Chávez hizo tanto que para disertar sobre ello se necesita bastante tinta y papel. Hoy hablaré de uno de sus más nobles gestos hacia los adultos mayores, concretado en la Gran Misión en Amor Mayor. Con ella, para bien, marcó una diferencia sustancial de la Cuarta República, cuando los ancianos eran irrespetados al recibir una pensión de monto denigrante.
Haciendo un poco de historia, en 1992, los jubilados manifestaban por todo el país para protestar por la supuesta privación del Instituto del Seguro Social, con la cual pondrían su seguridad en manos de banqueros. Luego, en 1996, cuando era alcalde del Municipio Libertador de Caracas, Antonio Ledezma reprimió poniendo en peligro la vida de quienes reclamaban una pensión de vejez justa.
Los motivos que tenían para protestar los abuelos obedecían a que el monto devengado no les permitía paliar una inflación superior a 50%, desapareciendo cualquier salario. Además de recibir, por haber entregado su vida al trabajo, un pago inferior al salario mínimo, como 20% de este, y pasaban hasta cuatro meses sin cobrarlo, eran perseguidos con una ballena cuando lo reclamaban.
Por ende, en un acto de justicia para revertir tal maltrato, se creó en 2011 esta gran misión para incluir a quienes trabajaron toda su vida, pero que no pudieron cotizar en el IVSS, como taxistas, choferes y domésticas, al igual que quienes contribuyeron pero les robaron su dinero, práctica común en la Cuarta.
De igual manera, quienes devengan una pensión por el mecanismo tradicional, pues reúnen las cotizaciones que la ley exige para disfrutarla, reciben aumentos de más treinta por ciento al año.
Solo queda decir que, en la Revolución Bolivariana, los abuelos han sido reivindicados con una pensión digna, con la cual se retribuye sus años de trabajo en entrega a su Patria, tal como decía el Comandante Eterno: “Amor con amor se paga”.
Ciudad Ccs
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