En su discurso ante la septuagésima Asamblea General de la ONU, el presidente de Estados Unidos hizo honor a su chapucero Premio Nobel de la Paz, ofreciéndole a los aliados su más decidido apoyo, incluso con las balas si llegara a hacer falta: “Nunca dudaré en proteger a mi país o a nuestros aliados de forma unilateral o por la fuerza en caso de que sea necesario”.
Fustigó el empeño del mundo en la creencia en religiones e ideologías a las que llamó atrasadas y decadentes. A toda noción de soberanía la calificó despiadadamente de “sectaria o tribal”, y sin ningún miramiento se colocó él mismo al frente de la lucha por acabar con ellas.
Una lógica verdaderamente absurda, no solo por la naturaleza antidemocrática del planteamiento, sino porque el mismo Obama dice en ese discurso a voz en cuello que: “Aquellas naciones que persiguen las ideas dan muestras de debilidad”, refiriéndose seguramente a cualquier otra nación del planeta menos a EEUU, donde la justicia mantiene en cautiverio a un luchador social puertorriqueño como Raúl López Rivera, preso en ese país desde hace más de 30 años por expresar su deseo de independencia para su pueblo.
A una semana de ese cínico discurso, los bombarderos norteamericanos destruyen “por equivocación” un hospital en la ciudad afgana de Kunduz con el horrendo saldo de al menos dos decenas de muertos y una treintena de heridos de gravedad, amén de los incuantificables daños materiales que el ataque causó.
Como siempre, las bombas caen donde no tienen que caer y las víctimas son seres humanos inocentes que nada tienen que ver con la injusticia de las guerras desatadas por el imperio a su más arbitrario antojo.
También como siempre, el único castigo es una impúdica disculpa diplomática ofrecida por el Presidente norteamericano o por sus voceros del Departamento de Estado. Se trata de eventos que Obama justifica en nombre de su seguridad y la de sus aliados, elevando a cuatro las veces que ha pedido disculpas este año por las muertes “accidentales” que sus marines causan en el mundo. Pero no son disculpas lo que el mundo quiere. Sino que, si así va a ser la defensa de la libertad, mejor será… ¡que no la defienda más!
@soyaranguibel / ÚN
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