jueves, 30 de abril de 2015

Richard Canan: Galeano y su Memoria del Fuego

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No hay mejor regalo que un libro. Es la oportunidad de brindar conocimientos, sabiduría. En uno de mis cumpleaños me obsequiaron Memoria del Fuego. Nunca lo había leído. Allí descubrí nuevamente a Eduardo Galeano, que con su extraordinaria pluma, con su genio, nos brinda un relato vivo y apasionado de nuestra historia y nuestros orígenes. Este libro es parte fundamental de la construcción de nuestra identidad latinoamericana.

Memoria del Fuego sigue en la línea de Las Venas Abiertas de América Latina, pero se adentra en ricos detalles y anécdotas de nuestro devenir histórico, de los momentos más trascendentales en la construcción de nuestra cultura y de nuestra identidad. Galeano no oculta su clara intencionalidad de rescatar nuestra historia olvidada, de redescubrir a nuestros héroes, ponerlos de carne y hueso. También le pone nombre y rostro a los villanos, a los verdugos y traidores de los pueblos latinoamericanos. Galeano arranca certero en su puntería: “Nos enseñaban el tiempo pasado para que nos resignáramos, conciencias vaciadas, al tiempo presente: no para hacer la historia, que ya estaba hecha, sino para aceptarla”.

Memoria del Fuego es una trilogía que se inicia con pasajes de nuestra América precolombina, retrata todo el proceso de colonización, saqueo y despojo; recorre las luchas de independencia, y retrata los sucesos más significativos hasta llegar al siglo XX.

En el primer libro de Memoria del Fuego, Los Nacimientos, Galeano da vida a nuestras voces indígenas y sus explicaciones mágico-religiosas sobre la creación del mundo y de todas las cosas que nos rodean. Como señala la mitología Makiritare: “Rompo este huevo y nace la mujer y nace el hombre. Y juntos vivirán y morirán. Pero nacerán nuevamente. Nacerán y volverán a morir y otra vez nacerán. Y nunca dejarán de nacer, porque la muerte es mentira”. También ratifica nuestra esencia, tal como está delineada en el Popol Vuh: “Entonces los dioses hicieron de maíz a las madres y a los padres. Con maíz amarillo y maíz blanco amasaron su carne. Las mujeres y los hombres de maíz veían tanto como los dioses. Su mirada se extendía sobre el mundo entero. Los dioses echaron un vaho y les dejaron los ojos nublados para siempre, porque no querían que las personas vieran más allá del horizonte”.

Para quebrar (y traumar) la armonía de las sociedades indígenas llegó Colón en 1492, cercenando su desarrollo, costumbres y cultura. Colón solo venía a lo suyo y se abalanzó sin vergüenza a llevar los tesoros encontrados a sus flamantes reyes (y financistas): “Centellean sobre las bandejas las piezas de oro que Colón cambió por espejitos y bonetes colorados en los remotos jardines recién brotados de la mar”. Por tal grandioso descubrimiento y tan noble proeza, “El apoderado de Dios concede a perpetuidad todo lo que se haya descubierto o se descubra, al oeste de esa línea, a Isabel de Castilla y Fernando de Aragón y a sus herederos en el trono español”.

Luego del “descubrimiento” Galeano va tejiendo la crónica del despojo y el saqueo que el Reino de España ejecutará por siglos en estas tierras. Siempre con el mismo modus operandi, “los perros clavarán sus dientes en la carne desnuda de cincuenta indios de Panamá”. Eso sí, los colonizadores españoles son extremadamente respetuosos en cumplir las instrucciones del Rey: “no se puede atacar a los indígenas sin requerir, antes, su sometimiento”. Ante la evidente resistencia de los pueblos indígenas, todo es destrucción, muerte y saqueo. En carne propia lo vivió el emperador Moctezuma en 1519, creyendo que el conquistador Hernán Cortés era el dios Quetzalcóatl, lo “recibió” con los brazos abiertos, terminando prisionero de los españoles, apedreado por su propio pueblo y ocasionando el fin del imperio azteca.

Ante el horror del saqueo Fray Bartolomé de Las Casas escribe en 1531 al Consejo de Indias: “Más hubiera valido a los indios, sostiene, irse al infierno con su infidelidad, su poco a poco y a solas, que ser salvados por los cristianos. Ya llegan al cielo los alaridos de tanta sangre humana derramada: los quemados vivos, asados en parrillas, echados a perros bravos”. Luego de décadas de muertes y con total hipocresía el Papa Paulo III (1537) pondrá compón con la bula Sublimis Deus, donde “descubre que los indios son seres humanos, dotados de alma y razón”. Claro, nadie le parará por como 400 años. Pero los conquistadores no solo pretenden el saqueo de las riquezas materiales, también persiguen la destrucción de la cultura y tradiciones indígenas, por eso en 1562, “Fray Diego de Landa arroja a las llamas, uno tras otro, los libros de los mayas”.

A la tragedia de los indígenas americanos se le sumará la tragedia de los nativos africanos, mano de obra fuerte para las minas y los campos del régimen colonial. Galeano señala que “Han sido atrapados por las redes de los cazadores y marchan hacia la costa, atados unos a otros por el cuello, mientras resuenan los tambores del dolor en las aldeas”.

El Reino de España no está solo en el saqueo de las riquezas de nuestro continente. España concede, para pagar sus deudas, derechos de exploración y explotación sobre vastos territorios a terceros países. El resto de los imperios crean sus propias rutas comerciales, ya sea a través del contrabando y la piratería o a través de legítimos acuerdos comerciales. Galeano retrata como en 1669 “Las fragatas de Morgan rompen el candado español a cañonazos y ganan la mar. Navegan repletas de oro y joyas y esclavos. A la sombra de los velámenes se alza Henry Morgan, vestido de la cabeza a los pies con el botín de Maracaibo”.

En el segundo libro de Memoria del Fuego, Las caras y las Máscaras, Galeano retrata crudamente la insaciable búsqueda de oro, de El Dorado, que más bien “parece el nombre de una fosa sin ataúd ni sudario”.

La barbarie también ocurre contra los indígenas del norte, los de Canadá y Estados Unidos, los cuales son despojados de sus tierras y riquezas. Perseguidos y exterminados serán luego confinados a las “reservaciones indias” (aún se utiliza el peyorativo “servant nations”). Galeano también explica cómo surge Estados Unidos: “Inglaterra nunca ha prestado demasiada atención a sus trece colonias en la costa atlántica norteamericana. No tienen oro, ni plata, ni azúcar; nunca le fueron imprescindibles…”. Pero se sublevan y “se niegan a seguir tributando obediencia y dinero al rey de una isla tan lejana. Alzan bandera propia, deciden llamarse Estados Unidos de América, reniegan del té y proclaman que el ron, producto nacional, es bebida patriótica. Todos los hombres nacen iguales, dice la declaración de independencia. Los esclavos, medio millón de esclavos negros, ni se enteran”.

En medio de los relatos de Galeano aparece Miranda. Y aparece Bolívar de la sabia mano del maestro Simón Rodríguez, el cual le habla de “libertad, igualdad, fraternidad”. En 1803 se dará la independencia de Haití, que ha derrotado al “invencible” ejército de Napoleón Bonaparte. A partir de allí, los gritos de independencia se expandirán como reguero de pólvora por todo el continente. Galeano señala la circunstancia histórica: “Los criollos desconocen el trono que José Bonaparte, hermano de Napoleón, ocupa en Madrid. Asombrosamente, el ronco grito de la libertad ha brotado de esta boca acostumbrada al latín en tono de falsete. En seguida le hacen eco La Paz y Quito y Buenos Aires. Al norte, en México”. Se iniciará un largo y sangriento camino para conquistar la independencia.

Luego de la independencia y a la muerte de Bolívar en 1830, es inocultable la continuidad del intervencionismo imperial. Ya no tiene mando el derrotado Reino de España. Ahora es Estados Unidos, el naciente imperio, el que desplegará todas sus garras para dominarnos. Así, al morir Bolívar “El cónsul norteamericano en La Guaira, J. G. Williamson, anunció la separación de Venezuela y el fin de los aranceles que no convienen a los Estados Unidos”. Estados Unidos no detendrá nunca sus ansias expansionistas, por eso Galeano retrata sus trofeos de guerra: el despojo a México de la mitad de su territorio y las distintas invasiones a Nicaragua, Cuba y Guatemala.

Pero nuestra América parirá hijos que le darán luz y resistirán por siempre ante los opresores. Allí está Martí, que lleno de pasión señala: “hay otra América, nuestra América, tierra que balbucea, que no reconoce su completo rostro en el espejo europeo ni en el norteamericano. Es la patria hispanoamericana, dice, que reclama a Cuba para completarse con ella, mientras en el norte la reclaman para devorarla. Los intereses de una y otra América, no coinciden”.

En el tercer libro de Memoria del Fuego, El siglo del Viento, Galeano arranca el siglo XX con un extenso retrato de la llegada de la “modernidad”. Las máquinas, la electricidad y la industrialización no trajeron consigo ni la liberación del hombre ni la independencia de los pueblos. Hasta en el propio seno del imperio norteamericano el poder político sucumbe ante el poder empresarial (o se transmutan en un solo monstruo), así, “los Estados Unidos pertenecen a los monopolios, y los monopolios a un puñado de hombres, pero multitudes de obreros acuden desde Europa, año tras año, llamados por las sirenas de las fábricas, y durmiendo en cubierta sueñan que se harán millonarios no bien salten sobre los muelles de Nueva York. En la edad industrial, El Dorado está en los Estados Unidos; y los Estados Unidos son América”.

Para imponer su dominio Estados Unidos bandea el garrote, “América para los Americanos”, como señala la Doctrina Monroe. Por vía de la coacción diplomática o por vía de la violencia y las armas Estados Unidos siempre impondrá su ley. El caso más ejemplar de principios de siglo lo constituyó el Canal de Panamá, allí Galeano reseña como “los Estados Unidos han decidido concluir el canal y quedarse con él. Hay un inconveniente: Colombia no está de acuerdo y Panamá es una provincia de Colombia. En Washington, el senador Hanna aconseja esperar, debido a la naturaleza de los animales con los que estamos tratando, pero el presidente Teddy Roosevelt no cree en la paciencia. Roosevelt envía unos cuantos marines y hace la independencia de Panamá”.

Dándole dignidad a estas tierras, se levantan cientos de hombres y mujeres de nuestra américa en lucha por la libertad de sus pueblos. Es una lucha desigual contra opresores, oligarquías, transnacionales y botas yanquis. Están allí retratadas por Galeano las valerosas luchas de Villa, Zapata y Sandino. Está Mariátegui, como un faro de luz. Camilo Torres. Perón y Evita. La valentía de Omar Torrijos. Están retratados los tres balazos sobre el cuerpo de Jorge Eliécer Gaitán, que desataron con El Bogotazo más de medio siglo de violencia y muerte. Está la heroica lucha del pueblo cubano con Fidel, Camilo Cienfuegos y el Ché. La masacre contra los estudiantes en Tlatelolco. El martirio de Salvador Allende y las luchas de las Madres de Plaza de Mayo. El asesinato de Monseñor Romero. Las luchas del Frente Sandinista de Liberación Nacional, con Carlos Fonseca, Tomás Borges y Daniel Ortega a la cabeza. Y finaliza retratando las expresiones de neocolonialismo como en la Guerra de Las Malvinas.

Leer Memoria del Fuego es leer la historia de nuestra América, la que está oculta bajo la historia oficial, la no contada en los libros cortados a retazos por las oligarquías dominantes. Galeano ha registrado y compilado magistralmente lo que por décadas se ha mantenido oculto y olvidado. El poder del establishment para dominarnos por ignorancia, por el desconocimiento de nuestras gestas y luchas heroicas. Al leer esta historia viva, alimentamos nuestra conciencia, para mantenernos en pie de lucha e impedir todo tipo de injusticia y opresión sobre los pueblos.

Sociólogo / @richardcanan

Fuente: Psuv.org.ve

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miércoles, 29 de abril de 2015

Armando Carías: se solicita periodista con consciencia propia

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Eran los días de gloria del Ateneo de Caracas, testaferro cultural del diario El Nacional y de la familia que se endosaba el ¿mérito?, de ser la mecenas y promotora del “jet set” artístico del país.

Cada estreno iba acompañado de su correspondiente y edulcorada crónica social, en la que el infaltable Pedro J. Díaz y el heredero de su nicho, Roland Carreño, desparramaban elogios que edificaron reputaciones y abultaron cuentas bancarias.

Nacía de este modo la palangre cultural, en la que los elogios bien administrados certificaban viajes al exterior y uno que otro “favorcito” que por razones de higiene nos abstenemos de mencionar.

Recurro a estos apuntes para señalar el estruendoso silencio con que el diario (de cuyo nombre preferimos no acordarnos), asumió la cobertura del IV Festival de Teatro de Caracas, a todas luces, un éxito de convocatoria tanto de público como de artistas y, sin lugar a dudas, un hecho de inocultable impacto noticioso, merecedor de una cobertura menos mezquina que la recibida por los medios de la canalla.

Me quedo pasmado ante la mudez de sus páginas frente al desbordamiento de los cientos de miles de caraqueñas y caraqueños que, indistintamente de sus posiciones políticas, se sumaron entusiastas a esta fiesta del arte y de la vida.

Ciertamente, eran días de gloria, no solo porque estaban en la cresta de la ola del poder, sino porque, de algún modo, expresaban los vestigios de la obra de su fundador.

Se solicita periódico de buena presencia y periodista con conciencia propia.

armandocarias@gmail.com

Fuente: Ciudad Ccs

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martes, 28 de abril de 2015

Eduardo Piñate: La cultura política burguesa y la necesidad de su derrota

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En la Presentación del Programa de la Patria escrita por el Comandante Supremo Hugo Chávez el 12 de junio de 2012, se lee: “Este es un programa que busca traspasar ‘la barrera del no retorno’. Para explicarlo con Antonio Gramsci, lo viejo debe terminar de morir definitivamente, para que el nacimiento de lo nuevo se manifieste en toda su plenitud.” Este Programa, convertido hoy en el Plan de la Patria, luego de su aprobación por la Asamblea Nacional, nos debe conducir a las transformaciones económicas, políticas, sociales, culturales y de conciencia y organización de nuestro pueblo, que garanticen la irreversibilidad de la Revolución Bolivariana. Ese cúmulo de transformaciones conducen a la creación de las bases materiales y espirituales del Socialismo Bolivariano y Chavista. En ese mismo documento dice el Comandante Supremo:

“Este es un programa de transición al socialismo y de radicalización de la democracia participativa y protagónica. Partimos del principio de que acelerar la transición pasa necesariamente por, valga la redundancia, acelerar el proceso de restitución del poder al pueblo. El vivo, efectivo y pleno ejercicio del poder popular protagónico es insustituible condición de posibilidad para el socialismo bolivariano del siglo XXI…”

De manera que para superar “la barrera del no retorno” como lo planteó el Comandante Supremo de nuestra revolución, el camino es el socialismo, nuestro socialismo, con un permanente y profundo ejercicio del poder por parte del pueblo, con una práctica cotidiana de la democracia revolucionaria. Nuestro socialismo se construirá (ya lo estamos construyendo) en medio de una larga y encarnizada lucha de clases, dentro y fuera de Venezuela, con la burguesía imperialista y sus lacayos en el país, y con el concurso de todos los pueblos del mundo que luchan contra la explotación capitalista y la opresión imperialista.

Esta lucha larga y encarnizada con el imperialismo y la burguesía tiene muchas maneras de presentarse: política, económica, cultural e ideológica y militar, entre otras. El imperialismo como expresión más acabada del capital en estos tiempos tiene como propósito fundamental destruir la Revolución Bolivariana, derrocando el gobierno del presidente obrero Nicolás Maduro y hacer retroceder los procesos de lucha por la independencia de nuestro continente. Para eso cuenta con una fortaleza –más allá de su fuerza militar y política- muy importante, que no es otra sino el peso que aun tienen en nuestra sociedad los viejos vicios, las viejas costumbres, la vieja cultura, heredadas de la IV República capitalista y burguesa. Dice el Comandante Chávez en el documento que hemos comentado:

“No nos llamemos a engaño: la formación socio-económica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista. Ciertamente, el socialismo apenas ha comenzado a implantar su propio dinamismo interno entre nosotros. Este es un programa precisamente para afianzarlo y profundizarlo; direccionado hacia una radical supresión de la lógica del capital que debe irse cumpliendo paso a paso, pero sin aminorar el ritmo de avance hacia el socialismo”.

Y más adelante dice: “…Esto pasa por pulverizar la forma Estado burguesa que heredamos, la que aun se reproduce a través de sus viejas y nefastas prácticas, y darle continuidad a la invención de nuevas formas de gestión política”.

La persistencia aun dominante en Venezuela de una formación económico-social capitalista y rentista, determina por un lado la preeminencia de relaciones mercantiles que garantizan la reproducción ampliada del capital, material e ideológicamente.

El burocratismo, la ineficacia, la ineficiencia, la desidia para atender los problemas del pueblo y la corrupción, entre otros, son vicios y taras que heredamos del modelo capitalista rentista y del Estado burgués de la IV República y como tales, debemos combatirlos y derrotarlos para poder construir el socialismo.

Todos estos vicios y taras sirven a los intereses de los enemigos de la revolución, porque irritan al pueblo, buscan dividir y desmoralizar las fuerzas populares y revolucionarias, tratan de desmovilizar y separar al pueblo de la dirección de la revolución. No hay un burocratismo bueno y un burocratismo malo, no hay corruptos buenos y corruptos malos, todas son prácticas contrarrevolucionarias y por tanto, tenemos que combatirlas en el terreno ideológico y en el terreno práctico. Y en el caso de la corrupción siendo implacables en el castigo a los corruptos, porque además, todo corrupto es un traidor de la causa del pueblo, de la revolución y del legado de Chávez. Esto ha sido entendido así por nuestro presidente obrero Nicolás Maduro y en estos dos años de gobierno ha desarrollado un combate consecuente contra esta herencia nefasta del viejo Estado y del capitalismo rentista y dependiente venezolano.

Como señala el Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, para superar al capital y su lógica –que no sólo es económica y política, sino también ideológica y cultural- debemos afianzar y profundizar las tareas que están planteadas en esta fase de transición socialista donde nos encontramos. Tareas que tienen que ver con la construcción del modelo productivo socialista que supere y trascienda al modelo rentista petrolero capitalista, con la creación de la nueva institucionalidad revolucionaria, que tiene en los consejos comunales y las comunas su concreción territorial y en la gestión –dirección- directa y democrática de la clase obrera en las empresas y unidades productivas, su concreción en la producción. Acompañadas de una labor de educación política e ideológica para elevar la conciencia revolucionaria, Bolivariana, Socialista y Chavista de nuestro pueblo. Estas son algunas de las tareas estratégicas que nos permitirán lograr lo que el Comandante Supremo Hugo Chávez llamó la “línea de fuerza del todo decisiva” que le da coherencia al Plan de la Patria; cuando dijo en la “Presentación” que hemos citado: “…nosotros estamos obligados a traspasar la barrera del no retorno, a hacer irreversible el tránsito hacia el socialismo”.

He allí el desafío de todo el pueblo venezolano y su vanguardia.

Caracas, 27 de abril de 2015

Fuente: Psuv Web

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lunes, 27 de abril de 2015

Carola Chávez: La importancia de un diente flojo

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A Carlitos lo levantan a las 5:30 de la mañana, Su mamá, ya corriendo, lo besa apurada, ¡levántate, mi amor, corre, que es tardísimo!… ¿Tardísimo? -piensa Carlitos mientras un sueño lindo desaparece a la luz de un bombillo encendido en la madrugada.

Desayuna de mala gana cualquier cosita, no importa, en el colegio volverá a desayunar, una empanada hecha con otras manos, un jugo y una galleta envuelta en celofán industrial. Sube al carro con los zapatos en la mano, no hay tiempo, hay que correr. Mamá sortea el tráfico, ¡muévanse que no llegamos!, los carros se mueven en cámara lenta, y Carlitos cabecea.

Llega al colegio antes de la siete. Canta el himno, tareas, tareas, recreo y tareas. Por fin el timbre de salida, pero no para Carlitos. Él se queda a comer en el cole y luego a sus actividades especiales: más inglés, y clases de refuerzo, es que Carlitos escribe el cuatro al revés, y la lateralidad, ya sabe señora, y la nivelación con el grupo… Carlitos bosteza.

A las cinco está su mamá en la puerta esperándolo con un beso y un kimono. Al kárate, Carlitos, que el sábado hay competencia. Del kárate a una parada técnica en el supermercado y a las siete ya en casita. ¡Corre a bañarte y a hacer la tarea! Y corre Carlitos.

Con el copetico mojado, con su pijama de superhéroes, se sienta Carlitos frente a la tele a ver comiquitas. Mastica sin ganas un pan con jamón y queso y deja a un lado la fruta. Entonces llega papá como una visión borrosa entre unos párpados que pesan mucho. Son casi las nueve, Carlitos, un beso, campeón, y choca los cinco.

Chocados los cinco se duerme Carlitos, moviendo con su lengüita un diente que tiene flojo. Seis años y ya sabe contar en inglés, sabe cómo se mueve el caballo de ajedrez, sabe que el cuatro no se escribe de abajo para arriba, aunque le importa tres pitos por qué. Carlitos, cinta blanca de karate, puede hacer al pelo algún kata.

En la sala, sus papás hablan de su niño dormido. Satisfechos comentan que Carlitos ha hecho muchos progresos, según dice el informe escolar. Va bien, sus papás se ocupan de pavimentar su camino al éxito.

¡Corre, Carlitos que es tardísimo! Corre Carlitos otra vez, corre todo el día, como cada día, y antes de caer rendido en la noche recuerda que, otra vez, no le dijo a su mamá que un diente se le va a caer.

carolachavez.wordpress.com

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domingo, 26 de abril de 2015

Roberto Hernández Montoya: Oficios repugnantes

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Hace pocos años dije en artículos alarmados por lo que se venía en Libia que pronto tendríamos lo que ahora tenemos en el Mediterráneo: una oleada de migraciones desesperadas. Son ocasiones en que detesto tener razón. La OTAN devasta a Libia y a Siria y ahora derrama lágrimas de cocodrilo por la congestión de refugiados sociales, económicos, políticos, religiosos, que fluyen a través de esos países hacia Europa, desmoralizados, irritados, aterrorizados. Surgen del África Subsahariana y de las propias Libia y Siria, huyendo de la paradisíaca Primavera Árabe, de los bombardeos humanitarios de Obama, Sarkozy, Hollande, Aznar, Rajoy y demás sigüís del Imperio. Arabia Saudita anunció el martes (ojalá dure) el cese de los bombardeos en Yemen.

Hay gente refugiada por millones en Medio Oriente, desarraigada, hambrienta, sin hospitales, educación, vivienda, futuro. Sobreviven en la incertidumbre, la miseria, la amenaza, la intemperie, social y de la otra. Es población débil porque además está a la merced de bandas forajidas que amenazan, maltratan, violan, matan, explotan. Algunas bandas organizan éxodos disparatados de gente en la indigencia más rotunda, que acepta cualquier destino porque siente que sus condiciones no pueden empeorar.

Una vez oí decir a un exprisionero de un campo de concentración nazi que el ser humano se acostumbra velozmente al horror. En estos días hay una dosis de angustia mediática por uno de esos cotidianos hundimientos del Titanic. Ya pasará. Pronto nos acostumbraremos y esas zozobras ya no serán noticia, salvo por allá en una página interior, chiquitica, si acaso.

El Imperio y sus siervos de Europa ahora acusan al tráfico de personas de la actual tragedia, pero como genuino fariseísmo no se mencionan las causas profundas del mal. Es muy conveniente desviar la atención hacia la trata de gente. Está bien, esas personas son aborrecibles, pero más lo son quienes crearon las condiciones que propician su actividad. Bertolt Brecht se preguntaba: «¿Qué es el asalto a un banco comparado con la fundación de un banco?». Es lo mismo: ¿qué es la trata de gente refugiada comparada con la devastación de los países de donde vienen esas personas? ¿Acaso son migrantes de gran intrepidez y capricho que prueban mejor suerte en Europa? ¿O es gente a quien destruyeron su hábitat, casa, barrio, ciudad, escuela, lugar de trabajo, hospital, panadería, calle, familia, parque? Hay que ser repugnante para aceptar el oficio de excusar la migración trágica endilgando toda la culpa a quienes organizan esos traslados trágicos.

Pero no solo desvían la atención sobre esos sucesos hacia el tráfico, sino que te cambian el tema para disertar sobre la tragedia que se vive en Venezuela. Son otros repugnantes. Aprueban la Ley Mordaza en España y señalan a Venezuela como violadora de los derechos humanos. En los Estados Unidos matan negros y absuelven a los policías blancos que los asesinan, pero la violación de derechos humanos es en Venezuela.

Siempre me he preguntado cómo se llega a ser tan repugnante. Debe ser un trayecto bien feo.

Mira a Libia y mira a Siria. Hay cerca de ti gente que quiere eso para Venezuela.

roberto.hernandez.montoya@gmail.com / @rhm1947

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viernes, 24 de abril de 2015

Amaury González: Tributo a Galeano, auténtico escritor híbrido latinoamericano

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Eduardo Galeano fue un gran escritor, pero para ser un gran escritor hay que ser, entre otras cosas, un gran lector, un apasionado de los libros y la lectura, un militante de las letras y una persona que ha logrado “detectar” y seguidamente ingresar a la dimensión divina del lenguaje, comprometiéndose con sus posibilidades y su locura; y el maestro Hughes fue todo eso y más aún.

Fue, y ese fue su secreto, alguien que comprendió la importancia de escuchar a la gente, el placer fructuoso de la charla fluida y armónica, el poder de la conversación; “Ser culto es saber escuchar”, dijo una vez.
Borges, otro maestro, en una ocasión dijo que escribir vastos libros era un “desvarío laborioso y empobrecedor”, palabras con las que tal vez quiso decir que su verdadera pasión, que su verdadero gozo, su actividad enriquecedora y vital, fue siempre la lectura de esos vastos libros. Sin embargo, el delirio y la “pérdida pasajera de la razón” de la que habla el diccionario para definir “desvarío”, puede ser también algo que nos pasa cuando leemos algunos libros.

Galeano fue un lector riguroso y voraz, una suerte de bibliómano en cuyo espíritu confluyó el bibliotecario medieval, el escritor de espíritu renacentista, el profesor autodidacta, el intelectual comprometido y el periodista nuestro-americano de pluma estilizada y combatiente. Por todo esto, en el Día Internacional del Libro Venezuela le rindió tributo con la lectura colectica de sus obras.

La efeméride internacional sobreviene a pocos días de la desaparición física del escritor, y en varias partes de la ciudad de Caracas, además de plazas y comunidades de los 23 estados del país, se realizó “un día de lectura en honor a Galeano”, ocasión en la que el Gobierno nacional distribuyó alrededor de 20 mil ejemplares del libro Eduardo Galeano, el cual recoge una selección de textos del autor de Las venas abiertas de América Latina, informó la Agencia Venezolana de Noticias.

Sin duda, Galeano nos deja un legado literario poderoso, dotado de belleza y de una inestimable y natural fuerza descolonizadora. Como en el caso del Comandante Chávez, el legado profundo de Galeano el Calibán, auténtico ejemplo de escritor hibrido latinoamericano, está ahí a nuestro alcance. Estudiémoslo, y démosle continuidad.

@MauroGonzag

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miércoles, 22 de abril de 2015

Pablo Pérez: La violencia se ha hecho demasiado común

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“Asesinan a oficial del Ejército en un supermercado”, “Hieren de bala a dos futbolistas del Deportivo La Guaira”, “Más de 8 policías asesinados en los últimos días”, “Matan a dos jóvenes a la salida de un open”. Este es el parte de guerra muy parcial que cada mes enluta a centenares de hogares en Venezuela ¿Se dará cuenta de eso el gobierno? ¿Estarán claros sobre la responsabilidad histórica que no están asumiendo?

Titulares como esos son algo ya normal en Venezuela. La violencia se ha hecho demasiado común, tan común que para el gobierno sólo son cifras aisladas que se ocultan para vender la idea que combaten la delincuencia. Pero nada comunes para los padres o hijos de quienes caen víctimas de una violencia que es la herencia de más de 16 años de distorsión social y moral en la sociedad venezolana.

La inseguridad es la principal preocupación de los venezolanos, hasta el punto que apenas ahora, en el marco de la peor crisis que ha vivido nuestro pueblo, es superada por la escasez e inflación como el primer problema que agobia a los venezolanos, según aportan las encuestas serias. Por ejemplo, en el reciente estudio de Varianzas, correspondiente a abril 2015, la inseguridad aparece como el segundo problema más mencionado por los encuestados con el 22,5%.

Pero esa encuesta también nos arroja ciertas luces de la crisis económica, social y de credibilidad que afecta al gobierno. El 67% de los encuestados indica que la situación económica es negativa y el 64,8% señala que la gestión de Nicolás Maduro va por mal camino ¿Qué tiene que ver eso con la inseguridad?

Que en la medida que la crisis económica se profundiza, mayor delincuencia habrá y ante una menor confianza en el gobierno, se incrementa la ausencia de autoridad en los sectores más vulnerables a cometer delitos. Esto es un juego macabro que fusiona crisis, impunidad y carencia de autoridad y confianza en el pueblo.

En Venezuela perdimos la cuenta de la cantidad de planes fallidos y de ministros que han fracasado en el combate de la inseguridad. Nadie escapa de este fenómeno en el país y está bien claro que no hay políticas integrales y coordinadas que permitan creer que este problema es atendido como asunto de Estado.

Lo peor es que cuando los expertos hurgan en los datos que arroja la situación de criminalidad en el país, se encuentran que la mayor parte los delincuentes son jóvenes cuyas edades oscilan entre los 15 y los 25 años. O sea que son el tan cacareado “hombre nuevo” que la revolución iba a crear. Ellos son venezolanos que crecieron con el actual gobierno y se desvirtuaron socialmente también en el actual gobierno.

Y buena parte de los jóvenes en ese rango de edad que no están cometiendo delitos, son víctimas de ellos. No hay control como lo demuestra la ausencia de planes para evitar la realización de los famosos y violentos “Open” en Maracaibo. En nuestra gestión de la democracia social avanzamos en esa materia y  logramos minimizar la realización de esas fiestas de la muerte, pero ahora nada se hace para impedir que esos circos de vicio y ocio se reproduzcan en las zonas populares.

La misma encuesta de Varianzas aporta otro dato bien significativo y es que el 73,1% de los encuestados, lo que inevitablemente incluye a chavistas, aspira un cambio que nos devuelva a los venezolanos paz, tranquilidad, progreso y esperanza. Estoy seguro que tú que me lees en este momento eres parte de ese 73,1%. Si quieres un cambio: actívate y participa.

@PabloPerezOf / Lapatilla.com

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Galeano al otro lado del espejo

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Pasó Eduardo Galeano al otro lado del espejo. Junto a Alicia persigue al conejo de la revolución, que corre, porque se le hace tarde para llegar a tiempo a la hora de los pueblos.

Desde el espejo observa Galeano las imágenes deformadas del mundo al revés, en cuya escuela “se educa con el ejemplo, dictando cursos básicos de injusticia, racismo, machismo, miedo, vicios inútiles, impunidad, exterminio, consumo, incomunicación, traición y delirio”.

Sabe Galeano que en estos tiempos ya no hace falta atravesar ningún espejo para descubrir el mundo patas arriba: “basta con asomarse a la ventana”.

-¡Vayan pasando, señoras y señores! -pregona El Sombrerero Loco del Capitalismo- vean al Bufón Imperial sentado en el trono del rey, sientan el aliento de Lucifer nublando el libre mercado, brujos mediáticos, saltimbanquis políticos, dragones financieros y vampiros raspacupos. ¡Pasen adelante!.

Hacen cola para disfrutar del espectáculo los exterminadores del planeta, los defensores de la sociedad de consumo y los firmantes de decretos que ordenan quemar todos los libros de historia, sobre todo los que condenan su historia.

Del otro lado del espejo se le otorga medalla al bachaquero y se castiga con el desprecio al nuevo vecino de la Misión Vivienda, se recompensa al periodista sin escrúpulos que edita un video que oculta lo que pasó y muestra lo que jamás ocurrió, se gratifica al depredador de la naturaleza que arrasa un bosque para construir un centro comercial.

Por suerte, Alicia y Galeano tienen el brebaje que los volverá gigantes y ambos saben que la caída de “Humpty Dumpty” es solo cuestión de tiempo.

Eduardo Galeano

Fuente: Psuv.org.ve

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martes, 21 de abril de 2015

Julio Escalona: El sabelotodo

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El sabelotodo es también supremo juez. De tiempo en tiempo dicta sentencias terminantes: Obama ganó la Cumbre de Panamá; “la patria grande fragmentada y sin pensadores”; solo hay tres: Fidel, Correa y García Linera, pero sin incidencia; “una insuperable lógica de gravitación económica-política” y la de “un caos determinístico” que conduce a un retorno al capitalismo; Cuba y las Farc en un callejón sin salida... “Maduro se tiene que ir”. El bolivarianismo derrotado. El “monroeísmo” triunfante es el futuro... Tal discurso derrotista, ¿cómo lo califica a Ud.?

Cuba vive un momento estelar. Con la paz las Farc progresarán. Miles de intelectuales colectivos que han surgido del pueblo están construyendo pensamiento desde el hacer. Claro, sin doctores que introducen la conciencia desde fuera. El vacío lo tiene Ud. Centenares de comunas y otras organizaciones populares acumulan importantes experiencias de propiedad y producción social y están trabajando por el encuentro y el compartir, no solo en Venezuela. La labor diaria de Fidel y Correa también lo desmienten.

Ud. alaba a García Linera, uno de nuestros destacados intelectuales, pero lo hace para ignorar a Evo, agrediendo así a García Linera y al indio que ha colocado temas relevantes en la ONU y ha inaugurado un proceso multiétnico, multilingüístico y multicultural, abriendo nuevos horizontes.

Con Maduro, Ud. tiene ¿un prejuicio clasista? No tolera que el autobusero tenga un papel protagónico y clave. Venezuela salió triunfante pues derrotó el objetivo imperial: que la libertad de los llamados “presos políticos” y la “violación” de los derechos humanos en Venezuela fuesen, al menos, temas de debate en la Cumbre. Venezuela no se propuso que la Cumbre condenara a EEUU. El objetivo fue que se derrotara la calificación que la orden ejecutiva establece contra Venezuela: una amenaza a la seguridad. Eso se logró. Obama tuvo que retractarse de lo que firmó e irrespetuosamente se retiró de la asamblea. La mayoría decisiva de los estados calificó dicha orden como injerencista, violadora de la soberanía y, en general, de la Carta de la ONU y de la OEA. Venezuela sabía y sabe que la orden ejecutiva no se derogará.

La guerra no convencional continuará, pero Venezuela desarticuló la operación que estaba montada. Una victoria política que puso a la oposición a la defensiva, cohesionó al chavismo y logró reunir a sectores no chavistas.

Embajador / Fuente: ÚN

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lunes, 20 de abril de 2015

Martín Granovsky: Una crónica desde el corazón de Cuba

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Para bien y para mal, la falta de Internet masiva hace que los cubanos no vivan on line. Para bien y para mal, imitarlos es una experiencia interesante, sobre todo cuando Raúl Castro se encuentra con Barack Obama y Cristina Kirchner tercia en el debate. Estampas y desafíos de la vida cotidiana.

Difícil saber qué hay delante del micro que está ahí al frente, como parado en la ruta. Algo lo molesta porque anda a 15 por hora. Imposible pasar. Por el carril contrario se acerca una pequeña caravana que hace de tapón. Primero un gordo pedaleando en una bicicleta vieja. Detrás dos policías de uniforme caqui –conduce el de bigotazos– en una moto con sidecar. Y atrás de ellos un Lada de los ’80, aquel auto parecido al 125 que la Fiat fabricó en la Unión Soviética. Es 11 de abril en la carretera central de Cuba. La radio transmite el discurso de Barack Obama en Panamá. Muy pronto hablará Raúl Castro.

Dice un cartel al costado de la ruta: “Quien quiere, gana. Quien no se esfuerza, no quiere”. 

En esta ruta ondulada es mejor relajarse y hacer zapping entre las únicas dos AM que se escuchan bien, Radio Reloj y Radio Rebelde. No serán lo más variado para un viaje de 10 horas en coche, pero estos días suena interesante hasta el locutor engolado de Radio Reloj, que con su voz de película argentina de Enrique Serrano cada dos minutos da la hora. Es que hay noticias. En la preparación de la Cumbre de las Américas de Panamá el gran tema para los cubanos fue la presencia del José Félix Rodríguez. Es la misma persona que por encargo de la Agencia Central de Inteligencia y por propia convicción asesinó a Ernesto Guevara en Bolivia el 8 de octubre de 1967. Es el mismo, también, que en 1991 se llegó hasta la Quinta de Olivos acompañando al cubano anticastrista Jorge Mas Canosa para entrevistarse con Carlos Menem y sellar el aspecto más crudo, físico y comercial de las relaciones carnales.

Tanto Reloj, la de las noticias en grageas, como Rebelde, con mayor despliegue, informaron en detalle sobre cómo Rodríguez terminó siendo una provocación que impidiera la participación plena en el foro de la sociedad civil de Panamá de gente como Miguel Barnet, el presidente de la Asociación Cubana de Artistas y Escritores que a los 24 escribió la memorable Biografía de un cimarrón, sobre la vida del esclavo Esteban Montejo.

Dice un cartel: “Unidad, firmeza y victoria”. 

Fuera de Cuba el Che puede significar utopía, revolución, ideales, solidaridad, idealismo o el icono de una camiseta. En Cuba es, además de figura legendaria, uno de los padres fundadores de revoluciones y peleas por la independencia junto a Carlos Céspedes, jefe del levantamiento de 1868, al general de la independencia Antonio Maceo, al Maestro, como llaman a José Martí, a Fidel Castro y a Camilo Cienfuegos. El Che fue comandante de la guerrilla y, con Camilo, uno de los dos segundos de Fidel tanto en Sierra Maestra como en el gobierno nacido de la revolución del 1o de enero de 1959. Hasta presidió al Banco Nacional y encabezó el Ministerio de Industrias. Poner al asesino del Che en una cumbre de la sociedad civil, preparatoria de la cumbre de los presidentes, es un mensaje de ataque no sólo a una figura de la revolución mundial sino a un prócer del Estado cubano. Una figura, además, adorada por el pueblo. Aunque ya pasaron 50 años desde que dejó Cuba rumbo al Congo.

–¿A usted le parece? Esa gente mató al Che –dice enojado un cocinero mientras accede a confiar sus secretos para un buen congrí, el arroz con frijoles negros que también llaman Moros y Cristianos.

Para él, en la noche del 10 de abril, un día antes del gran momento de los presidentes que es el sábado 11, la cumbre es de un impacto tal que justifica encender el televisor incluso antes del comienzo de un gran partido de béisbol, el que enfrenta a Tigres (Ciego de Avila) contra Piratas (Isla de la Juventud).

¿A Rodríguez lo habrán llevado los gusanos? 

–Bueno, en Cuba ya no usamos esa palabra. Es un poco agresiva –corrige el cocinero, tan furioso con Rodríguez como actualizado en diplomacia.

Cerca, dos chicos juegan al ludo. Sin celulares inteligentes y casi sin Internet, sin Play Station ni tablets, o sea sin pantallas, jugar fuera de la electrónica es una gran opción. Funciona tanto adentro, sobre la mesa familiar, como en una calle de Santiago de Cuba, donde un grupo de muchachos juega dominó encarnizadamente. Entre los cuatro sostienen sobre sus rodillas una madera sin patas que hace de mesa. No parecen temerle a nada, quizás porque casi no hay autos. Ni ladrones.

Dice un cartel de la ruta: “Ser eficientes es vencer”. 

La radio lleva una semana precalentándose y precalentando. Usa un anuncio. “El general de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros de Cuba, asistirá a la Séptima Cumbre de las Américas.” Pone la voz de Raúl cuando avisa con su voz áspera que estará en Panamá “por invitación del presidente Juan Carlos Varela”. Es decir, quiere decir Raúl, no por acuerdo con los Estados Unidos. Sin embargo es obvio que Varela tuvo un guiño, cuando no el aliento de Wa-shington, para que Cuba participase en la Séptima Cumbre después de que en diciembre Barack Obama y Castro anunciaron que normalizarían relaciones. Era una buena ocasión para pasar de la palabra al símbolo y del símbolo a los discursos y al encuentro entre los dos sin buscar especialmente un tercer país. Como quien no quiere la cosa mientras, obviamente, quiere la cosa.

Es difícil saber si la cosa será tan rápida como parecía en diciembre. Por lo pronto, el turismo norteamericano aumentó, pero no hay una invasión. Aquí delante, por ejemplo, el tránsito como la categoría de situación pastosa conocida en Corrientes a las tres de la tarde o de vuelo en la autopista Rosario-Córdoba a las dos de la mañana sigue ausente. Ni despacio ni rápido. No es una cuestión de cantidad sino de calidad de protagonistas y de la frecuencia con que el tipo de actor se cruce con otro en un mismo camino. El micro de adelante pasa. Se puede pasar también, y hacer la lista de lo que había. Primero un carro con dos personas a bordo, ruedas de bicicleta y toldo. Después un Chevrolet modelo 1950. Luego un camión de los ’40 remotorizado con equipo Diésel, que en Cuba llaman petróleo. El carro no se tira a la banquina. O sabe que en teoría nadie lo molestará o porque no hay banquina, ni siquiera de paja. Y nadie le tocará bocina.

Dice un cartel: “La revolución es invencible”. 

Habla Obama. Se escucha un tramo de su voz al principio. Sobreimprime la traductora. Dice Obama sobre las relaciones con Cuba que Estados Unidos “no será prisionero del pasado”, lo cual no significa que lo soslaya sino que políticamente eligió no hablar de él, y que “mira al futuro”.

Sobre la mano derecha de la carretera central, porque los carros también andan por la carretera central de Cuba, la que une los 968 kilómetros entre La Habana y Santiago, se ven unos barracones agrícolas. Es zona de azúcar. La zafra está por terminar. Radio Reloj informa que será la mayor zafra en 11 años, con 22 por ciento de crecimiento entre la cosecha que termina y la recolección anterior. Sin publicidad a la vista, no hay barracón sin consigna.

Dice un cartel: “Nacimos para vencer. Girón para siempre”. 

Habla Raúl. Todos ríen cuando dice: “Ya era hora de que yo hablara aquí en nombre de Cuba”. Se escuchan carcajadas ante la idea de que no se quedaría con los ocho minutos concedidos a cada presidente sino que usaría los 48 endeudados en seis tramos de ocho por cada una de las seis cumbres anteriores de la que Cuba fue excluida.

Castro mencionó varias veces la expresión “América latina”, pero sólo después de haber usado otra, “Nuestra América”, la forma en que Martí hablaba de la América que quedaba al sur de los Estados Unidos y que socialmente debía ser también la del mestizo, el indio y el negro. Su discurso fue en buena medida un repaso histórico de la relación con Washington.

“En el siglo XIX, surgieron la Doctrina del Destino Manifiesto con el propósito de dominar las Américas y al mundo, y la idea de la Fruta Madura para la gravitación inevitable de Cuba hacia la Unión norteamericana, que desdeñaba el nacimiento y de- sarrollo de un pensamiento propio y emancipador”, recordó. Y agregó el hermano de Fidel: “Hace 117 años, el 11 de abril de 1898, el entonces presidente de los Estados Unidos solicitó al Congreso autorización para intervenir militarmente en la guerra de independencia, ya ganada con ríos de sangre cubana, y éste emitió su engañosa Resolución Conjunta, que reconocía la independencia de la isla ‘de hecho y de derecho’. Entraron como aliados y se apoderaron del país como ocupantes. Se impuso a Cuba un apéndice a su Constitución, la Enmienda Platt, que la despojó de su soberanía, autorizaba al poderoso vecino a intervenir en los asuntos internos y dio origen a la Base Naval de Guantánamo, la cual todavía usurpa parte de nuestro territorio”. Dijo Raúl Castro que el 1 de enero de 1899 los militares norteamericanos entraron en La Habana. Justo 60 años antes de que cayera la dictadura pronorteamericana de Fulgencio Batista. Ciclos: en 2019 se cumplirán 60 años de la revolución. ¿Cómo serán los próximos 60 años?

Dice un cartel: “Patria es humanidad”. Firma Martí. 

Cafetería El Paso está camino a Los Arabos, sobre la carretera central, en una zona muy poblada, con pueblos como Jovellanos o El Perico. Es cerca de Santa Clara, la que en la canción “Hasta siempre” se despierta para verte, en recuerdo del paso del Che rumbo a La Habana tras la victoria guerrillera en Sierra Maestra. Dan café si uno espera cinco minutos y prestan el baño si uno espera a que lo pongan decente. La tierra es seca. Un páramo. Detrás del mostrador un afiche publicita la semana del cine de diversidad sexual. Con el café ya preparado, delicioso como en toda Cuba, sobre las cinco de la tarde llega una adolescente de pollera beige, camisa blanca y pañuelo del mismo tono que la pollera. El uniforme de los primeros años de la secundaria. En preescolar es azul. En primaria es bordó. La nena luce remolona como cualquiera que recién haya vuelto de la escuela. También impecable, peinada, elegante. Una privilegiada, diría Perón. La primaria y la secundaria son obligatorias y a simple vista esa obligatoriedad parece de cumplimiento sagrado. En La Habana hay muchos chicos jugando en la calle. Algunos mejor vestidos. Otros descalzos. Algunos con remera y otros en cueros. Algunos con una pelota de fútbol y otros soñando con ser bateadores de La Isla. En Santiago hay chicos en la calle, jugando. Aun en medio del campo, junto a bohíos donde todavía es preciso andar mucho para buscar agua y la luz eléctrica es un milagro, juegan chicos. En el campo una parte del trabajo se hace con arados de hierro tirados por bueyes. A la vera de las rutas más precarias, los campesinos llevan las riendas de carros cargados de caña. Pero salvo en los fines de semana o en días sin clase, es imposible ver un nene o una nena dando vueltas por ahí, al lado de un buey o de un atado de caña. Deben estar –se supone, y al menos por lo que puede observarse lo cumplen– en la escuela. Hay algo más que en Cuba no se ve: chicos trabajando. Tampoco, en apariencia, otra cosa: chicos pidiendo. Ni siquiera hay nenes con los campesinos en los carros, o ayudando a los que ofertan una habitación, una casa donde quedarse, un taxi Plymouth descapotable, un taxi Lada, un taxi tirado por moto en forma de coco, un tabaquito, una información sobre el mejor mojito, un restaurante con terraza y música en Santiago porque a mí, señor, el dueño después me paga con una botellita de aceite, un ron añejo que mi amigo trae directo de la refinería y usted va a pagar más baratico.

Lo más escuchado dentro y fuera de Cuba es que la Revolución Cubana garantizó y garantiza salud y educación. Los cubanos forman clínicos que funcionan como médicos de familia. El médico de proximidad, que siempre es el mismo, opera como primer recurso. Luego vendrán los especialistas o los hospitales.

Salud y educación garantizadas forman una base sólida. Aumentan la expectativa de vida, aseguran la nutrición inicial y ofrecen un piso para construir la autoestima. Los fenómenos, claro, no tienen una sola cara, porque la existencia de diversos mercados a la vez simplifica el comercio y crea distorsiones. Algunos de los taxistas mayores de 50 del Parque Céspedes en Santiago o del Parque Central en La Habana, hablan cuatro o cinco idiomas. Español, sin dudas. Inglés aprendido sistemáticamente. Francés aprendido en la calle. Italiano, igual. Y ruso. ¿De dónde salió el ruso? De haber estudiado ingeniería en la ex Unión Soviética, antes de la implosión de 1991. De modo que puede haber un diseñador de motores de aviación haciendo changas para turistas. ¿Es porque no hay trabajo para ingenieros? Sí hay. El punto es que un ingeniero cobra el sueldo en pesos moneda nacional y el equivalente no supera los 25 dólares mensuales.

Exactamente cinco viajes en taxi. Muchos profesionales combinan el trabajo que les gusta y para el que estudiaron con un pie puesto en el mercado donde se gana en divisas. Otros, quizá más cansados o mayores, ya se volcaron totalmente al mundo en divisas que les permite aumentar notablemente el poder adquisitivo. Es, por un lado, un evidente desperdicio de recursos. Fueron formados por el Estado con conocimientos y habilidades que no usarán en el sector originario. Pero tal vez la mezcla de formación sistemática e inventiva los convierta en la cabeza de algunas de las nuevas cooperativas de turismo y construcción.

¿Cómo juegan en Cuba los distintos bagajes y los distintos pasados?

Cartel al costado de la ruta: “Fin de la injusticia. Entramos de lleno en la hora sagrada de la revolución”.

Discurso de Raúl: “Hemos soportado grandes penurias. El 77 por ciento de la población cubana nació bajo los rigores que impone el bloqueo”.

En el mensaje, el presidente cubano busca ser cordial con su colega de Washington, el primero que no sólo planifica acercarse a Cuba sino que lo realiza. “Hemos expresado públicamente al presidente Obama, quien también nació bajo la política de bloqueo a Cuba y al ser electo la heredó de diez presidentes, nuestro reconocimiento por su valiente decisión de involucrarse en un debate con el Congreso de su país para ponerle fin.”

De todos modos, Castro no se priva de realizar una precisión. “Hasta hoy, el bloqueo económico, comercial y financiero se aplica en toda su intensidad contra la isla, provoca daños y carencias al pueblo y es el obstáculo esencial al desarrollo de nuestra economía. Constituye una violación del Derecho Internacional y su alcance extraterritorial afecta los intereses de todos los Estados.”

–Al mojito no le puedo poner menos azúcar –informa un mozo de la calle Obispo, en el corazón de La Habana vieja–. Cambia el sabor. ¿De España?

–De la Argentina. Entonces tráigamelo con todo el azúcar.

–Ah, de la Argentina. ¿Escucharon el discurso de Raúl? Estuvo firme su Presidenta.

Cristina Fernández de Kirchner, justo después de Raúl Castro, valora la reanudación del diálogo como una “actitud positiva de Obama”. Y dice: “Tengamos claro que Cuba no está aquí y no estamos presenciando el encuentro de dos presidentes que finalmente después de mucho tiempo decidieron darse la mano. No, señores. Cuba está aquí, porque luchó por más de 60 años con una dignidad sin precedentes. Con un pueblo que sufrió y sufre aún muchísimas penurias, y porque ese pueblo fue conducido y dirigido por líderes que no traicionaron su lucha, sino que fueron parte de ella”.

Cartel en la ruta: “Decisión, coraje, valentía”. 

Los cubanos protestan contra el bloqueo, pero parecen temer más los efectos sociales, culturales y psicológicos, que aún desconocen en todo su alcance, del llamado Período Especial. Un modo casi benévolo de describir el tremendo sufrimiento social que vivió la isla desde 1991, cuando la nueva Rusia postsoviética cortó lazos y subsidios. Los cuentos narran cosas feas. Los que hoy son gordos o gorditas miran sus fotos de entonces y se ven flacos y flaquitas. No tenían suficiente comida ni transporte. Largas caminatas hacia el trabajo y desde el trabajo. Cuando podían acceder a ella, porque costaba carísimo, la bicicleta para andar kilómetros de ida y kilómetros de vuelta.

–¿Has visto que en las tumbas se pone QEPD?

–Sí. Que en paz descanse.

–En el Período Especial decíamos que había que poner NR.

–¿NR?

–No resistió.

El humor cubano relaja. Quita dramatismo. Explica lo que una vez dijo Pablo Milanés: “Vivir en Cuba es un encanto y un infierno”. ¿Se puede medir, más allá del humor, qué impacto tuvo en la sociedad el Período Especial? Trabajo para sociólogos, historiadores, antropólogos. A los que hoy tienen 30 esa etapa los tomó entre los cinco y los quince. Se acuerdan. A los que tienen 40, entre los 15 y los 25. Se acuerdan aún más. A los mayores de 50 ni hablar. En esta última franja, que agrupa a los nacidos con la revolución o a quienes eran niños o adolescentes en 1959, domina un elemento común: nadie quiere hablar en detalle de una etapa de tanto sufrimiento. Dan títulos y callan. A veces se advierte en el relato cierto orgullo por haber aguantado la prueba. A veces puede detectarse la amargura que retrató tan bien Leonardo Padura en los personajes de su novela Herejes. Muestran frustración, más que resentimiento, y dolor más que odio, porque no se trata de gente como José Félix Rodríguez sino de simples cubanos que tramitaron a su manera una crisis que afectó a todos. Las cosas están hoy muy mezcladas. Un matrimonio de veteranos comunistas puede tener un hijo que vive en Miami porque, sencillamente, no soportó privaciones y piensa que las chances son mayores fuera de Cuba. Una hermana puede tener otra hermana en la Florida. Tiene ganas de verla, pero no quiere dar el brazo a torcer. No la critica, pero por qué no viene ella primero en lugar de decirme que viaje yo. Un emprendedor que cría chanchos en Camagüey y pronto criará pollos asociado a un campesino se queja porque no hay un mercado de maíz. Su madre, ingeniera recibida en la Unión Soviética (y van...), reside en Tampa. Le dice que vaya, que allá tiene futuro. El intuye, cree y sobre todo hace lo posible para que la transición hacia un país menos centralizado y menos estatal lo encuentre en Cuba.

Cartel: “La batalla económica constituye hoy más que nunca la tarea principal”. Firma Raúl. 

¿Cómo hace, estos días, contacto con la realidad cubana un latinoamericano de izquierda, o nacional y popular, o simplemente humanista, sin caer en la arrogancia de decirles a los cubanos qué está bien y qué está mal y por qué no deberían quejarse de las penurias en el consumo? Cuba no es injusta como sus vecinos Haití, República Dominicana o Guatemala. Es cierto que los cubanos tienen un sistema sanitario más democrático que el de los Estados Unidos y uno educativo sólo comparable, por el acceso gratuito, al de la Argentina. Y es especialmente exacto que los chicos, o los que fueron chicos incluso durante el Período Especial y siempre durante el bloqueo, se sienten portadores de derechos. Un cubano podrá decir: “Concuerdo con lo que expones, pero además podríamos estar mejor con menos burocracia”. Otro podría pedir, en concreto, un mercado mayorista del que Cuba carece. Otro, más libertades que reforma, más glasnost que perestroika. Otro, más reforma que libertades. Otro, la vuelta más rápida de los pequeños comercios, que la revolución expropió igual que a la General Electric y que hoy se propone reponer junto al sector estatal y al sector público cooperativo dentro de lo que el gobierno llama.

Fuente: Página12 / TeleSur

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domingo, 19 de abril de 2015

Eleazar Díaz Rangel: Los republicanos

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A la mayoría republicana, pero en especial a su sector, ala o tendencia más radical y derechista, que tiene sus aliados en los demócratas extremistas, no les gustó nadita la Cumbre de las Américas; eran mejores antes, cuando los Bush. Ahora tienen en sus manos uno de sus resultados, como es la demanda del presidente Obama de sacar a Cuba de la lista de países que promueven el terrorismo, esconden terroristas buscados y ayudan a financiar tales acciones en el mundo.

Si por ellos fuera, nunca levantarían sus brazos para eliminarla. Corren los 45 días que dice la ley para que el Congreso decida. Por si no lo recuerdan, ambas cámaras las dominan los republicanos. Castigo al gobierno de Obama, que eso es un decir que Obama es el que gobierna. El centro de poder nunca ha estado en la Casa Blanca. El general Eisenhower lo dijo muy claro cuando, comenzando la década de los cincuenta, abandonaba la Presidencia: declaró que era el conglomerado financiero militar el que realmente gobernaba en EEUU.

Debieron soportar el discurso de Raúl Castro, ablandado en sus párrafos finales, como si fuera un mensaje a quienes debían hablar después, del sector progresista -como se les comienza a llamar- y atenuaran los suyos, de suerte que no resultara acorralado el anfitrión. Eran 33 jefes de Estado y de Gobierno. De todas maneras Obama prefirió retirarse, como no lo hizo nunca antes un presidente. Era al menos una descortesía.

Sin embargo parece que lo más insoportable para ese sector derechista de los republicanos y demócratas es que, cancelado como parecía que se entrevistara con el venezolano Maduro, corrió por la sala de la plenaria que ambos mandatarios se reunirían. Y, en efecto, Obama lo había decidido después de escuchar a sus asesores. Parece que en otra de las equivocaciones de esa administración respecto a Venezuela, alguien creyó que Elías Jaua era el canciller y le dijeron que el presidente Obama recibiría a Maduro. Seguidamente asumió el caso la canciller Delcy Rodríguez, y localizaron el sitio y se dio la reunión.

Fue breve, concreta y de mutuo respeto. ¿Qué pudieron decirse que no lo hubiesen hecho antes en términos duros? Para eso está la diplomacia. Maduro debió reiterar el rol que juega la embajada contra su gobierno, virtualmente, un centro de conspiración. ¿Hubo acuerdos? Se supone, por ejemplo, que buscan llenar el vacío de la falta de embajadores o de altos funcionarios para el contacto. ¿A quien podría escoger Obama? ¿A Ben Rhodes, a Roberta Jacobson o al emisario Thomas Shannon, a pesar de haber regresado con las manos vacías?

No es que las diferencias quedaran resueltas ni que Obama prometiera revocar el decreto ejecutivo del 9 de marzo, conocido mundialmente, pero muy a pesar de la extrema derecha partidista con evidente influencia en el Congreso, hubo pasos de acercamiento que mejorarán las relaciones. Relaciones que seguirán siendo tensas, sensibles a las presiones extremas y a las provocaciones de la ultraderecha.

Agresiones españolas

Primero fueron los tres diarios más importantes de España: El País (izquierda) El Mundo (centro) y ABC (derecha), que unificaron sus políticas editoriales en una sola dirección: Chávez, Venezuela, Maduro. Se hizo imposible explicarles a estudiantes que alguna vez hubo tres diarios que acordaron una línea editorial única. Todos opinaban lo mismo, siempre con agresiones, con mentira, manipulación de la verdad y ocultación de todo lo positivo que se realiza en Venezuela.

Después se sumaron otros medios, las redes sociales, los de Barcelona. Era imposible para un español o un catalán tener una idea de Venezuela y de sus gobiernos distinta de lo que leía, veía en la tele o escuchaba en la radio. Todo reforzado por el bipartidismo del PP y del Psoe.

Muchas de esas opiniones eran expresadas por funcionarios de los más diversos niveles, contabilizados por un equipo de la Cancillería, pero un día llegaron a lo más alto, con la declaración del Congreso.

Era el momento de echarle un parao. Las instrucciones se las giró el Presidente a la Canciller y esta semana conoceremos las medidas.

Investigar la corrupción

A propósito de la decisión de la MUD de abrir una investigación sobre la corrupción en el Gobierno, es oportuno recordar que solo en dos ocasiones hubo ministros que no se calaron las perversas acusaciones y fueron a los tribunales, donde sentenciaron a favor de ellos y obligaron a los responsables a retractarse públicamente en los medios correspondientes. Como ese anunció lo hizo la MUD hace 15 días, vamos a darle un plazo hasta el 15 de mayo. Ese día les pediremos resultados.

Equivocaciones


Al margen de la reunión de los presidentes Obama y Maduro se desarrolló otra muy breve y directa cuando la canciller Rodríguez le planteó críticamente a uno de los asesores de Obama, responsable de la formación de políticas con Venezuela, que debieron informarse mejor, que sus errores les hicieron perder las perspectivas, e hicieron al Presidente equivocarse con la firma de ese decreto. En estas o en circunstancias parecidas, suficiente para separarlo del cargo.

La televisión

“La televisión, ¿muestra lo que ocurre?

En nuestros países la televisión muestra lo que ella quiere que ocurra y nada ocurre si la televisión no lo muestra.

La televisión, esa última luz que te salva de la soledad y de la noche, es la realidad Porque la vida es un espectáculo: a los que se portan bien, el sistema les promete un cómodo asiento”.

(De El libro de los abrazos, de Eduardo Galeano)

Ese no es solo el retrato de la TV. Léanlo bien y comparen.

Fuente: ÚN

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sábado, 18 de abril de 2015

El mensaje más bello de Eduardo Galeano

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¿Qué tal si deliramos por un ratito?

¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible?

El aire estará limpio de todo veneno que no provenga de los miedos humanos y de las humanas pasiones...

En las calles los automoviles serán aplastados por los perros...

La gente no será manejada por el automovil, ni será programada por el ordenador, ni será comprada por el supermercado, ni será, tampoco, mirada por el televisor.

El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia y será tratado como la plancha, o el lavarropas.

Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar en vez de... vivir por vivir nomás... Cómo canta el pájaro sin saber que canta y cómo juega el niño sin saber que juega.

En ningún país iran presos los muchachos que se nieguen por cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo.

Nadie vivirá para trabajar, pero todos trabajaremos para vivir.

Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.

Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.

Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadadidos.

Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.

La solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie, nadie, tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo.

La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero.

La comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio... porque la comida y la comunicación son derechos humanos.

Nadie morirá de hambre... porque nadie morirá de indigestión.

Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle.

Los niños ricos no serán tratados como si fueran dienro, porque no habrá niños ricos.

La educación no será el privilegio de quiénes puedan pagarla y la policía no será la maldición de quiénes no puedan comprarla.

La justicia y la libertad... hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda..

En Argentina, las locas de plaza de mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará: festejar el cuerpo. La Iglesia también dictará otro mandamiento que se le había olvidado a Dios: amarás a la naturaleza de la que formas parte.

Serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma.

Los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos se desesperaron de tanto esperar y ellos se perdieron por tanto buscar.

Seremos compatriotas y contemporareos de todos los que tengan voluntad de belleza, y voluntad de Justicia... hayan nacido cuando hayan nacido y hayan vivido donde hayan vivido, sin que importe ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo.

Seremos... imperfectos, porque la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses.
Pero en este mundo, en este mundo chambón y jodido, seremos capaces de vivir cada día cómo si fuera el primero y cada noche cómo si fuera la última.

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viernes, 17 de abril de 2015

La derrota yanqui en Panamá o cómo Obama llevó más palo que una gata ladrona

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Por Humberto Gómez García / Trincheras de Ideas

Lo acontecido la pasada semana en Panamá durante la celebración de la llamada Cumbre de las Américas, deja material para analistas políticos y periodistas se pudiera decir que por toneladas. Es muy difícil dejar plasmado en un solo artículo tantos y tan variados acontecimientos de una riqueza política incalculable para los intereses del movimiento popular y de la auténtica izquierda que se enfrenta sostenidamente contra el imperialismo.

En el más sencillo lenguaje coloquial o popular, como decimos en el castellano de Venezuela, aquello fue en verdad una cayapa contra el jefe del imperio. Recibió golpes hasta en la cédula de identidad por la mayoría de los jefes de Estado de las naciones al referirse al infame Decreto del 9 de marzo. “Ridículo” llamó Cristina Fernández al Decreto. “Golpe contra nuestros pueblos”, lo calificó el jefe sandinista Daniel Ortega. Atentado al derecho internacional “y particularmente el literal E, del artículo 3 dela Carta de la OEA”, señaló Rafael Correa. “Venezuela no es ni puede ser una amenaza a la seguridad nacional de una superpotencia como Estados Unidos”, señaló el comandante Raúl Castro. “Rechazamos el decreto ejecutivo de EE.UU contra Venezuela”, dijo el presidente uruguayo Tabaré Vásquez. “La situación de amenaza a Venezuela pone en riesgo a todos los Estados del continente”, manifestó Ralph Gonsalves, Primer Ministro de San Vicente y las Granadinas. “Chile condena las políticas que impone Estados Unidos contra el gobierno y el pueblo de Venezuela”, dijo Heraldo Muñoz, canciller chileno. “Apelando al principio de autodeterminación de los pueblos, consideramos que la reciente orden ejecutiva sobre Venezuela debería dejarse sin efecto”, dijo el presidente revolucionario de El Salvador, Sánchez Cerén.

Esas son algunas de las voces que condenaron el Decreto y en presencia del jefe de Estado norteamericano Barak Obama. El rechazo de la América Latina y el Caribe fue unánime, desde gobiernos de derecha como Honduras, Colombia, Perú pasando por la variada gama de gobiernos de centro y de izquierda, todos, como ya lo habían hecho previamente a través de la Unasur, la Celac, la Alba. Lo nuevo aquí es que si había dudas, la oportunidad se la pintaron calva y el debate permitió a los jefes de Estado decirle a Obama en su cara, con indignación, a propósito del Decreto infame, no sólo el apoyo a Venezuela, sino el firme rechazo al injerencismo yanqui en nuestros países y la lesión a nuestras soberanías nacionales.

El rostro de Obama parecía de piedra, hierático, como el de aquellos trabajadores que en las grandes tiendas les toca recibir las quejas y reclamos del público porque tal o cual producto está dañado, no sirve, etc. Así, a veces con una mueca de sonrisa, el presidente norteamericano se aprestó a escuchar, mejor dicho, a recibir aquella interminable metralla de críticas, aun cuando pudiera decirse que huyó saliéndose del salón donde se daban las intervenciones cuando a nuestro presidente Nicolás Maduro, le correspondía intervenir. Igual cuando habló la valiente presidenta argentina.

Obama sabía por dónde iban a ir los tiros de esas dos exposiciones, Nicolás y Cristina, como en efecto ocurrió, dos valientes y bien fundamentados discursos que pusieron sobre el tapete, sin máscaras, los lunares, manchas y pústulas de la política exterior norteamericana contra nuestros países. Nicolás fue firme, habló con gran dignidad y valentía. Llegó a aquella reunión de Jefes de Estado con una victoria de masas y de la solidaridad mundial, en las manos. Sólo entre Venezuela y Cuba catorce millones de firmas y un apoyo universal de gobiernos y pueblo, por las redes sociales que pasaron a ser dominadas por la Revolución Bolivariana y eso debe continuar, como una vez lo intentó Mario Silva.

Los 4 puntos de Venezuela expuestos por Nicolás Maduro en la Cumbre son armas de principios y de dignidad de nuestro pueblo y de nuestra nación. Retirar ya el Decreto Ejecutivo, espada de Damocles que pende sobre nuestra soberanía. Reconocimiento del Gobierno venezolano, del Presidente Maduro, de la soberanía y a la Revolución Bolivariana. Desmontar el centro de espionaje, de guerra política, económica, psicológica y militar en el que se ha convertido la Embajada de los Estados Unidos en Venezuela. Detener la conspiración abierta y pública que desde el territorio norteamericano realizan exiliados de origen cubano y venezolano y sectores estadounidenses contra el gobierno venezolano.

El presidente Ortega de Nicaragua en su intervención señaló que no creía que el gobierno de Obama retirara el Decreto. No somos tan pesimistas como Daniel. Ciertamente los Estados Unidos son la primera potencia, la que más armas tiene y con esas armas chantajean al mundo. Pero resulta que esa potencia acaba de recibir la más grande paliza política después de la derrota del Alca precisamente en otra Cumbre de las Américas, y aquella no estaba tan cohesionada como la de esta VII Cumbre ni fue tan unánime. El aislamiento de los Estados Unidos no puede ser más evidente y ellos a esa actitud y de esa decisión no pueden hacerse los locos ni darle la espalda a algo de tanta monta.

¿Esperaba el gobierno y el Estado norteamericano esta virtual rebelión de las naciones de su “patio trasero” y, para más simbolismo, en Panamá donde se reunió hace 187 años el Congreso de pueblos y naciones que convocara el Libertador Simón Bolívar, esperaba tan contundente derrota política? (174/04/15) (humbertocaracola@gmail.com) (@hgcaracola)

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jueves, 16 de abril de 2015

Dante Rivas: ¡Sueño cumplido!

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Escogimos el camino de construir futuros dignos y progresistas

No cabe duda que la vuelta de Cuba a la Cumbre de las Américas de la OEA es una victoria de Hugo Chávez, quien había prometido no participar hasta tanto se rectificara el error gravísimo de excluir arbitrariamente a la tierra de Martí del conjunto de 35 naciones americanas.

Cuba volvió con todos los honores y su Presidente dio cátedra de tolerancia y sabiduría. El mensaje sereno de Raúl Castro ratificó una hoja de vida brillante, en donde surge una fuerte sugerencia a nosotros los jóvenes: "tener paciencia. ¡Mucha paciencia!". Los ciclos de cambio llevan tiempo y hay que respetarlos y esperarlos adecuadamente para que los frutos maduren. Las impaciencias son malas consejeras y llevan a errores no forzados, a imprudencias que podemos evitar.

Rescato estos conceptos del jefe de Gobierno isleño: "la guerra fría ha terminado. Seguiremos teniendo diferencias, pero podemos avanzar en intereses mutuos. Esta conversación puede ser el principio del cambio".

No hay dudas, el diálogo con respeto es la clave para destrabar cualquier desencuentro, aunque tenga 54 años de antigüedad como el cubano-norteamericano, pues fundamentalmente es imposible ignorar la voluntad de confraternidad de ambos pueblos.

Valentía

También en una destacada participación, nuestro Presidente con valentía y precisión bolivariana logró la ratificación del apoyo de gobiernos y pueblos a nuestro legítimo reclamo de anulación del decreto Obama, obteniendo su congelamiento y "aclaraciones" vergonzantes. La batalla continúa con todos los hierros hasta su reversión total. No se admiten amenazas de nadie. Patriotismo y valentía tricolor abundan en todos los compatriotas.

Cierro parafraseando a Raúl: Venezuela podía rendirse o luchar. Todos saben qué camino escogimos. El camino de construir futuros dignos y progresistas. El de la participación y la paz.

Con certeza afirmo: ¡juntos lo lograremos! Los abraza

ne.danterivas@gmail.com / ElUniversal

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miércoles, 15 de abril de 2015

Telma Luzzani: EEUU ya no marca la agenda

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¡Qué lejos estamos de aquel diciembre de 1994, cuando Bill Clinton anunció que todos los países del continente (por nuestro bien) debíamos formar parte del ALCA, un solo mercado común sin barreras!

Se iniciaba una etapa de transformación mundial que aún no ha terminado.

Hacía tres años que había colapsado la Unión Soviética y el pensamiento de izquierda estaba atónito, impotente y desmoralizado. Gran parte de la humanidad, que no era necesariamente comunista, pero sí creía posible alcanzar, con la lucha colectiva, un mundo mejor, más igualitario y pacífico, sin hambre y sin humanos descartables, quedó paralizada.

Estados Unidos supo aprovechar esta coyuntura para imponer la hegemonía del libre mercado, bajo su solo y exclusivo liderazgo, en todo el planeta. Trabajó para instalar la idea de que ese modelo era el único posible y, por lo tanto, que el camino era irreversible. Y como siempre en la historia de su expansión imperial, para lograr sus objetivos le era imprescindible tener ordenado y sumiso el “patio trasero”.

Es en este contexto que Clinton preside en Miami la primera Cumbre de las Américas. A principios de ese año, México y Canadá, en forma asimétrica y subordinada, se habían integrado al Nafta. Su continuidad “natural” sería el ALCA, es decir, la sujeción económica, financiera y legal de todo el continente al sistema mundial que Washington estaba confeccionando a su medida.

Como en cualquier planificación de esa envergadura, a la pata económica y política se le sumaba la militar. También en 1994, Clinton ordenó una revisión de los centros de Inteligencia, control y comandancia involucrados en operaciones antinarcotráfico a través de la Orden Ejecutiva 14 y estableció tres Fuerzas de Tarea Conjunta entre Agencias: Oeste, Este y Sur. Muerto el enemigo rojo, fue la lucha contra el narco el principal discurso justificador para ejercer una total vigilancia y militarización sobre nuestro territorio.

Pero las cumbres de las Américas fueron mutando al ritmo de los cambios latinoamericanos. En 2001, el presidente Hugo Chávez, como un Quijote solitario, dejó constancia en la declaración final de la Cumbre de Quebec que se oponía al ALCA.

Eran tiempos globalifóbicos (así se los llamaba para no decir antineoliberales). En Seattle, Niza, Praga o Barcelona, cientos de miles de jóvenes de Europa y EE.UU. colmaban las calles para impedir las reuniones de los organismos emblemáticos del capitalismo: OMC, Banco Mundial, FMI, Cumbre de las Américas o G-8. Los líderes del primer mundo tenían que esconderse en castillos para poder reunirse. Casualidad o no esto terminó abruptamente, en Europa, con la muerte de un joven militante, Carlo Giuliani, y la brutal represión contra cientos de militantes ordenada por Silvio Berlusconi en Génova en julio de ese año (ver Página/12 del 9 de abril). Y, en EE.UU. terminó luego del 11 de septiembre de 2001 con la sanción del Acta Patriótica, una de las más duras leyes represivas que se conocen.

Pero el cambio no paró y tomó la posta el Sur. Mar del Plata, en 2005, con su No al ALCA fue la bisagra. Lejos habían quedado Miami y los presidentes que practicaban relaciones carnales. Ahora, en Panamá, quedó claro que EE.UU. ya no puede imponer, como antes, su agenda unilateral. Obama quería llegar a esta VII Cumbre con la fecha de apertura de su embajada en La Habana (no la tiene). No quería sacar en lo inmediato a Cuba de la lista de países terroristas (deberá preverlo). La funcionaria Roberta Jacobson dijo que el tema Venezuela no se trataría en Panamá, pero fue difícil soslayarlo. Y aún más, por la presión latinoamericana, la Casa Blanca tuvo que relativizar y bajarle el tono a la Orden Ejecutiva que declaraba al país bolivariano como una amenaza.

No obstante, quedan cuestiones pendientes. Hay algo fundamental que no debe olvidar la nueva agenda latinoamericana: el cierre de las más de 80 bases militares que el Pentágono tiene en América Latina (más de 30 en América del Sur, la mayoría en Perú).

Lo advirtió con agudeza el secretario general de la Unasur, Ernesto Samper: son un resabio de la Guerra Fría en una región de paz y sin armas nucleares. Su presencia en nuestra tierra no tiene sentido. Es un enorme riesgo para nuestro futuro que el ejército más poderoso del mundo esté al acecho de nuestras riquezas, monitoreando nuestros gobiernos y fuerzas armadas y obstaculizando nuestros pasos soberanos.

Fuente: Página 12

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martes, 14 de abril de 2015

Eduardo Piñate: Venciendo al imperialismo

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¿Qué tienen en común la VII Cumbre de las Américas realizada los días 10 y 11 de abril de este año, con el golpe de Estado y la reacción popular de abril del año 2002, y los dos años de gobierno del presidente obrero Nicolás Maduro? Sin ninguna duda, la victoria de las fuerzas del progreso, de la redención humana, de la revolución y el socialismo bolivariano, sobre las de la contrarrevolución imperialista.

Acaba de terminar la VII Cumbre de las Américas, realizada en la capital de Panamá y la conclusión general es que, tal como afirmamos la semana pasada, pese a los esfuerzos yanquis por evitarlo, la presencia de Cuba en la Cumbre después de 53 años de haber sido expulsada de la OEA y el rechazo rotundo al decreto ejecutivo de Barack Obama; gravitaron de manera determinante en la VII Cumbre de presidentes y primeros ministros de las Américas.

Casi todas las intervenciones de los presidentes y primeros ministros presentes en la Cumbre se refirieron a ambos temas, al punto que el tema central de la reunión “Prosperidad con Equidad” quedó en segundo plano.

La presencia de Cuba fue saludada como un hecho positivo para las relaciones hemisféricas por todos los participantes en sus intervenciones, aunque el propio presidente de Cuba, Raúl Castro, dejó claro que los elementos esenciales del bloqueo se mantienen, no obstante, reconoció como un hecho positivo los pasos que se han dado en función de la normalización de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU. Nosotros nos sentimos interpretados en las palabras de la presidenta argentina, Cristina Fernández cuando dijo que Cuba estaba en esa reunión por haber resistido durante más de 50 años y no por haberle dado la mano a nadie, refiriéndose al gobierno de EEUU.

En el caso de Venezuela, el rechazo al decreto de Obama y la exigencia de su derogatoria fue casi unánime. Fueron pocos los presidentes que no se refirieron al tema (Peña Nieto, Juan Manuel Santos y Ollanta Humala los más significativos). Con matices, la gran mayoría de los presidentes y primeros ministros de Suramérica, Centroamérica y el Caribe fijaron una posición que no dejó dudas acerca de la exigencia de que Obama derogue el decreto.

Nuestro presidente Nicolás Maduro, con firmeza, exigió a EEUU rectificar el “error de origen” que los condujo a este repudio de su política. Ese error de origen es haber considerado que una vez fallecido nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez, la Revolución Bolivariana se debilitaría por sus contradicciones internas al punto que sería fácil derrocar al gobierno de Maduro, destruir la revolución y restaurar el poder de la burguesía y el imperialismo. La historia ha demostrado que tal pronóstico era errado, pues, pese a toda la guerra que el imperialismo desató contra nosotros, aquí está nuestra revolución y nuestro pueblo de pie.

En esa “batalla de ideas” como llamó el presidente Maduro a la reunión, el gobierno de EEUU, la élite fanatizada y fascista que gobierna ese país, se quedó sola en su pretensión de recolonizar al continente comenzando con la destrucción de nuestra experiencia de construcción del socialismo Bolivariano y Chavista. Así, el presidente obrero Nicolás Maduro insistió en un elemento central de la política exterior de la Revolución Bolivariana: Nos relacionamos con todos los países del mundo en función de garantizar la paz en un mundo multicéntrico y pluripolar y para eso, esas relaciones se deben dar sobre la base del respeto y vernos, como decía Zamora, de vis a vis. De allí que el camarada presidente haya planteado cuatro condiciones para iniciar el acercamiento con EEUU: 1) Reconocer la independencia y la soberanía de nuestro país y de la Revolución Bolivariana Socialista. 2) Derogar el decreto por la vía que se encuentre y quitar esa amenaza que hay sobre Venezuela. 3) Desmontar la guerra psicológica, política, económica y militar que tiene en Venezuela la embajada de EEUU y 4) Tomar las medidas legales para detener la conspiración que se desarrolla desde Miami, Nueva York y otras ciudades de EEUU para asesinar al presidente y dar un golpe de Estado.

Será una lucha larga y dura, a pesar de lo dicho por Obama y otros altos funcionarios del gobierno de los EEUU en el sentido de que Venezuela no es una amenaza para ellos, ayer mismo, al terminar la Cumbre, Roberta Jacobson Sub secretaria de Estado de EEUU declaró que el decreto no se va a derogar. Una evidencia más de la arrogancia imperial que será derrotada totalmente, como lo fue en Panamá, con la unidad y la movilización de nuestros pueblos.

Mientras se daba, lo que yo llamé en un artículo la semana pasada, “La Batalla de la Cumbre”, aquí en Venezuela comenzamos a conmemorar los 13 años de la victoria popular contra el golpe de Estado del 11 de abril de 2002; sin descuidar lo que sucedía en la Cumbre, la recolección de firmas contra el decreto de Obama y las otras tareas de nuestra construcción socialista. Recordamos en estos días como nuestro pueblo (civil y uniformado) defendió con coraje y convicción a su revolución y a su presidente constitucional, al líder eterno de la Revolución Bolivariana, el Comandante Supremo Hugo Chávez; recordamos como nos impusimos a la traición de los traidores de todos los tiempos, como derrotamos al poder imperialista y burgués con toda su maquinaria de infamia y terror.

El combate popular que se libró en calles y cuarteles de Venezuela del 11 al 13 de abril fue la primera derrota militar del imperialismo en nuestro continente en el siglo XXI, así como significó una derrota política de ribetes estratégicos para ellos. Para nosotros, el pueblo venezolano, fue una victoria estratégica política y militar, la primera victoria de la unión cívico militar en la Revolución Bolivariana, la primera demostración de esta gran fortaleza de nuestro proceso revolucionario. Esa victoria de abril nos preparó para victorias posteriores, también estratégicas; en el sabotaje petrolero, entre diciembre de 2002 y febrero de 2003 y en el referendo revocatorio de agosto de 2004. Esa unión cívico militar se ha profundizado y tiene una expresión muy concreta en la Milicia Nacional Bolivariana dotada, igual que los componentes de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana de un nuevo pensamiento militar de raíz Bolivariana y Chavista.

Ambos acontecimientos se “engarzan” con los dos años de gobierno del presidente obrero Nicolás Maduro. Sin la victoria estratégica de abril de 2002 y las que le siguieron, hubiesen sido imposibles estos dos años de gobierno del presidente Maduro: Estamos aquí hoy, construyendo nuestro socialismo Bolivariano y Chavista porque vencimos en abril de 2002 y eso nos permitió, como dijo el Comandante Chávez, conquistar distintas colinas (la FANB y PDVSA entre otras) que hemos conquistado estos años, nos permitió con el Comandante Supremo al frente, conquistar nuevas victorias, elevar la conciencia política socialista y revolucionaria de nuestro pueblo, esa conciencia popular y la labor de Chávez hizo posible declarar el carácter antiimperialista y socialista de la Revolución Bolivariana, nos permitió avanzar en la construcción del Poder Popular y de un partido revolucionario de vanguardia, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que junto al Gran Polo Patriótico aglutina las fuerzas revolucionarias del país.

Esa victoria nos permitió a todos y todas enfrentar el momento más duro, más difícil que hemos vivido: La desaparición física del Comandante Supremo. Y de allí, con dolor, pero también con disciplina y mucha firmeza, no solo llevamos a Nicolás Maduro a la presidencia de la República como nos ordenó el Comandante Chávez, sino que tenemos dos años con Nicolás al frente del gobierno y la revolución enfrentando y venciendo la guerra total que el imperialismo y la burguesía desataron para destruirnos. No han podido y no podrán con nosotros, y cuando digo “nosotros”, me refiero al pueblo venezolano y a los pueblos de todo nuestro continente y el mundo que nos acompañan y nos apoyan, para quienes nuestra revolución es ejemplo y esperanza.

Estamos en abril, como siempre, como Bolívar y Chávez, Venciendo al imperialismo.

Caracas, 12 de abril de 2015 / Fuente: Psuv.org.ve

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